“Me siento confiado y tranquilo. Con una consciencia más clara de mis emociones y bloqueos. Sin sentir culpa por estar en la etapa en que estoy, dentro de mis procesos de evolución. Personalmente, me siento confortable, valiente y abierto para pasar encima de los hábitos condicionados que detecté en el proceso.
Obtuve clareza para percibir las verdaderas amarras que me bloqueaban y, sobretodo, la compasión para conmigo mismo y mis fragilidades. Lo que más me toca con relación al proceso es el poder de la inocencia y del niño interior. Cuestiones aparentemente tan complejas están siempre relacionadas a nuestro aspecto más puro y simple. Es como entrar en contacto con nuestra verdadera esencia.”