“Estoy sintiéndome muy alegre. Lo digo en serio. Creo que eso es lo que necesitaba.
¡Es increíble! Y es de un modo que estoy alegre. Fue muy bueno el trabajo porque yo me conecté mucho el niño. Con la sensibilidad del niño, y con memorias que no venían desde hace mucho tiempo. Y con esa interna de la dulzura de la niñez, de la alegría, de la levedad, de la creencia. Cuando yo estoy más negativa, me quedo muy encerrada y pierdo esa visión amplia. Es como si yo estuviera demasiado concentrada en el problema. Y cuando uno amplía la perspectiva, puede enfocarse en las posibilidades. Y las posibilidades, para mí, yo tengo la impresión que es la posibilidad de cura. De cura para la vida, de cura para vivir la vida de un modo pleno. El proceso me abrió eso. Es claro. Eso es muy claro. El proceso fue de cura”.